domingo, 4 de marzo de 2018

Qué bonito

A menudo y desde siempre, he sentido la acuciante necesidad de bajarme del mundo.
Darle al pause.
Rebobinar.
Tirar de ese freno de emergencia en el tren.
Tal vez saltar en la última oportunidad a uno de esos vagones de madera de cola, cargada con un hatillo.
Levantar la aguja del tocadiscos.
Ponerme tapones para dejar de escuchar esa melodía acelerada...
Una canción que nunca acaba.
Ojalá pudiera echar a volar, contigo de la mano. Ojalá pudiera quitarme esos zapatos de plomo. No me dejan volar. No me dejan ni andar. Las breves ilusiones de felicidad que me has dado han sido tan intensas que parecieron reales.
He vuelto a equivocarme.
Pero qué le voy a hacer si te quiero por encima de tus posibilidades...
Qué bonito sería estar siempre a tu lado.
Qué bonito sería tener con quién contar.
Qué bonito el amor cuando lo sientes.
Como duele dar y que nunca te devuelvan.
Si me conoces 1/3 de lo que deberías, sabrás que siempre prefiero dejar que otros hablen por mí.
Por eso hago mía la frase que la sensible, feminista y sufridora profesional Frida Kahlo le dijo a su amor: "Si yo pudiera darte una cosa en la vida, me gustaría darte la capacidad de verte a través de mis ojos. Sólo entonces te darás cuenta de lo especial que eres para mí".
Pues eso.

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