lunes, 31 de julio de 2017

Y Madonna dijo cómo era ser mujer.



De por qué no se debe bromear sobre la violación.

En la comodidad de nuestro desafortunado llamado “primer mundo”, todos los que vivimos imbuidos en la falacia de la clase media, a veces no nos damos cuenta de nada.

Y las bromas son bromas. 
Los hechos, accidentes aislados.
Muchas denuncias, falsas. 
Y cuántas veces las denuncias son fruto de la propia culpa. Y
cuántas veces lo que ocurre no está claro, porque ella tomó alguna decisión "equivocada": alcohol, drogas, minifaldas, bailes, tonteos, besos, … 
Tal vez no gritó lo suficiente ni peleó lo bastante. 
Tal vez se quedó quieta y catatónica. 
Puede que sólo alcanzase a llorar, sin articular palabra.

La violación no es una broma.

La violación es una amenaza.

Y es una amenaza que nos asedia a todas día y noche, siempre.

Cualquier mujer sabe que no está del todo a salvo. 
Buscamos quien nos acompañe de vuelta a casa cuando oscurece. Cualquier mujer ha tenido que frenar a un hombre diciendo que tiene novio, pues el susodicho va a respetar más a ese novio falso y omnipresente que a ella.
Todas hemos tenido que avisar de haber llegado sanas y salvas a casa, como si fuera una proeza.
Hemos contenido la respiración y acelerado el paso al caminar solas por la calle. Cuando un coche pasa despacio o cuando un par de chicos están sentados en tu portal.
Todas hemos fingido hablar por teléfono cuando volvíamos a casa, o lo hemos hecho de verdad.

Todas tomamos precauciones, porque NINGUNA mujer quiere ESO. Sea cual sea su comportamiento, identidad u orientación sexual, nadie quiere ESO.

Muchas víctimas de abusos sexuales y violaciones dicen haber preferido la muerte.

Porque cuando un hombre se apodera de ti, aunque sólo sean 5 minutos, es un golpe del que nunca te recuperas del todo. 
Porque sus 5 minutos de gloria fueron los peores 5 minutos de tu vida.
Aquellos que nunca podrás olvidar, que mientras trascurren te dejan ver que ya nunca serás la misma. 
La agonía, el dolor físico y emocional, el rezo para que se termine pronto y que no vaya a peor, la impotencia total y lo peor; la culpa y el remordimiento por estar sufriendo a manos de otra “persona”. 

Ese ser al que no le importan tus gritos, ni tus sollozos, ni el llanto ahogado
Ese que te mira sin verte. 
Porque no ve a un igual. 
Te ve a ti, mujer.
Un pedazo de carne que quiere apretar, arañar, morder y golpear. Un juguete que es suyo. 
Una boca y un sexo que quiere tomar y va a tomar. 
Hasta que acaba triunfalmente. 
Entonces sí. 
Entonces te ve. 
A ti. 
Mujer. 
Te ve como a una persona, inferior, pero persona.
Esa persona sobre la que ha vencido, a la que ha humillado, ese monte donde clavó su bandera, el territorio conquistado a base de fuego y destrucción.

La mujer que pasa por eso no volverá a sentirse limpia del todo. Nunca podrá olvidar la cara de ese ser repugnante, ni su voz, ni su olor. 
Jamás volverá a sentirse segura y dudo mucho que pueda volver a confiar en nadie.

Y es así como te vuelves una sombra de lo que fuiste. 
Te apagas y tiras la toalla, porque estás indefensa. 
La realidad te ha golpeado con fuerza. 

Así que no, cuando hacen un chiste sobre violación, no te ríes. Tampoco debates sobre los límites del humor, ¿sabes por qué? Porque lo has vivido. Porque lo que te ha pasado es tan terrible que la energía que te resta no la puedes emplear en fútiles debates pesudofilosóficos y piensas “qué más da, que bromeen, a mí ya me ha pasado, seguirá pasándoles a otras y puede que vuelva a pasarme. Qué más darán los límites del humor, qué me importa ya la libertad de expresión y el derecho a expresarse… A mí me han quitado la libertad y han escupido sobre mis derechos, pero a nadie le importa".

Canción que da título al post: What it feels like for a girl, Madonna. 
Fotograma de la película Acusados, con la actriz Jodie Foster, que interpreta a una víctima de violación en grupo a la que no quieren creer. Basada en hechos reales, le valió el Oscar a mejor actriz protagonista en 1988.

Película recomendada: Acusados (1988).

1 comentario:

  1. Conmovedor y cierto. Todo se torna frívolo, al hacer chistes sobre ello y al debatir a posteriori sobre los límites del humor, si se enfoca desde la perspectiva de la víctima. Aun así, siento tener que reafirmarme en que los hechos son hechos, y las bromas son bromas,y estas últimas no deben de ser susceptibles de sanción legal, tan sólo moral, ya que en caso contrario todo se descalabra por motivos obvios. Hacer o no hacer bromas sobre ello, y yo particularmente no las hago, no tiene relación ninguna con estar o no estar sensibilizado al respecto de lo doloso de un acto de violación y lo que para una víctima implica, y en ningún caso debe ser punible con la ley. Tanto hombres como mujeres sufren agresiones en este mundo, aunque sean de diferentes tipos, y el problema más que en hacer chistes o no, me da a mí que está en los niños y en cómo se les educa en casa y en las instituciones. Y perdón por lo anárquico del escrito, pero me gustaría decir que en ningún momento nadie ha insinuado nada que se pueda asemejar a culpabilizar a las víctimas de violación por ir provocativas, no defenderse u otra serie de motivos. Al respecto de eso tengo una opinión, y es que por supuesto que una mujer debería de poder ir como le saliera del higo, pero siendo consciente de que hay individuos barbáricos, que interpretarán a sazón de su indumentaria determinadas intenciones, aunque no sean legítimas, y que por tanto debería de andar con la mosca detrás de la oreja. Cerrando los ojos no desaparece el monstruo, y no se puede negar el componente sexual de determinadas vestimentas o actitudes para justificar que la víctima carece de culpa. Por supuesto que la víctima carece de culpa, pero el componente sexual ahí está y desempeña su papel, y hay que ser consciente de él y ser cauto dado que vivimos en un mundo lleno de palurdas y palurdas.

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